El Cultivo del Cerezo

Tratamiento del Suelo

El cultivo del cerezo en El Valle del Jerte data de épocas muy antiguas, si bien, para su comercialización podemos datarlo a finales de la primera mitad del siglo XX.
 
El cultivo ha evolucionado de una forma muy notable. En un principio se labraba la tierra con caballerías después de haber procedido a repartir, por el suelo, el estiércol que servía de alimento al cerezo. Generalmente se realizaban dos laboreos del suelo en profundidad con una sola aplicación de estiércol en otoño, previo a las lluvias. Al principio de primavera, se procedía a la segunda labor para eliminar las malas hierbas y evitar que los aportes aplicados al cerezo fueran minorados por la acción de éstas.

La tercera labor y más superficial se realizaba después de la recolección con el fin de eliminar las hierbas del suelo y que el cerezo pasara un verano más placentero al eliminarlas y provocar una mejor ventilación de su enraizado.
 

Abonados

En la actualidad se han eliminado las tareas de labrado y estercolado de la tierra por las de desbroce del suelo y aplicación de herbicidas en momentos puntuales y abonado del suelo con abonos preparados a tal fin. Con ello se consiguen, fundamentalmente, dos ventajas importantes. La primera es que el cerezo no sufre daño en sus raíces como pasaba anteriormente por el labrado profundo y, con el desbroce del terreno se consigue que, al pudrir la materia desbrozada, se le aporte una parte del Nitrógeno que toda planta necesita para su desarrollo. Y la segunda que, al estar las raíces más superficiales, el cerezo asimila con más rapidez los aportes que le proporciona el abonado que cada año realizamos a final de otoño o principio de invierno.
 
También es significativa la evolución en las tareas de siembra, poda e injertos del cerezo.
Si antiguamente se sembraba el cerezo en pozas cavadas en el suelo (hoyas) de aproximadamente 60 cm x 60 cm y casi un metro de profundidad, hoy se realizan pozas mucho más pequeñas y no tan profundas debido a que, aunque el cerezo es considerado un árbol de secano, en la actualidad se dota a las plantaciones de riego, generalmente, por sistemas de goteo. El que antes se hicieran las pozas tan profundas tenía una explicación lógica y era que como ya hemos expuesto anteriormente, el cerezo era un árbol de secano y había que preservarlo de los rigores climatológicos propios del verano enterrando sus raíces lo más profundas posible.

La Poda

Por lo que respecta a la poda, su aplicación al cerezo en el Valle del Jerte, es también bastante reciente. Se realiza entre los meses de diciembre, enero y febrero. Anteriormente se dejaba que el cerezo creciera de manera incontrolada llegando a encontrar cerezos, en el Valle de más de 15 metros de altura, para producir más de 800 kgs de cerezas. Quizás uno de los mayores errores haya sido no haber conservado alguno de esos ejemplares.
  En la actualidad, se aprovecha la poda para guiar al cerezo desde el primer momento, así formarlo adecuadamente y que sea más fácil de recolectar, aporte cerezas de mejor calidad y comience antes a producir.

Injertera

  La injertera es otra de las tareas muy importante en el cultivo del cerezo, ya que de ello depende que el patrón que hemos sembrado, en los meses de invierno, y que, generalmente, es reboldo o bravío, es decir, que no nos daría ninguna clase de cereza o, si acaso, nos daría alguna guinda, nos pueda producir la tan ansiada y deseada cereza del Jerte.
También se utiliza la injertera para modificar la variedad en los cerezos que no dan la fruta esperada. A esta operación se le denomina "reinjertera", pues como se ha explicado anteriormente, consiste en volver a injertar un cerezo que ya estaba injerto.